Un no cuento de Navidad
Hoy me atrevo a plagiar un articulo de Ángela Becerra, que refleja lo que me hubiera gustado que pasara, por si a alguien que lea estas lineas le hace pensar.
Se llama Un no cuento de Navidad y por eso es hermoso, pq no es una historia inventada.
Ahora hace un año, todo se aguantaba por un hilo. Sus lenguas, antes capaces de bailar unidas entre salivas hambrientas, ahora sólo se movían para el reproche. Sus ojos, los mismos que trenzaron futuros indestructibles entre miradas silenciosas, ahora se evitaban.
Para sus cuerpos, la cama había perdido cualquier otro sentido que no fuera el de dormir, con la rabia reclamando más rabia.
Me vino a ver y se sinceró. Estaba en el momento del gran salto al vacío, en el que las emociones razonadas empujan mientras el halo de algún recuerdo bello deja un último resquicio a la esperanza.
"No se merece nada pero, aunque sea lo último, algo tendré que regalarle", me dijo.
No salió a comprar: Nos quedamos en casa y le ayudé a escribir una carta
"Sabes que posiblemente esta sea nuestra última navidad juntos. Te pensaba regalar un abrigo, pero he cambiado de idea. Con esta carta te doy todo el tiempo que necesites para que me confieses, con respeto, lo que de mí te moleta y, también, lo que te gustaría tener y jamás dijiste. Además te regalo una hora diaria para acompañarte, tratar de comprenderte, y analizar que nos unió y lo que hoy nos separa. Te regalo mi último tiempo, el que dejé de tener para abrazarte, el que dejamos de tenernos para construir... ¿Estamos a tiempo?"
Hace un mes los vi. Estaban radiantes...
Y termina diciendo aquello de a todos los que les queda un punto de calor para reencontrarse, ¡Felices Fiestas!, pero ya han pasado las navidades, así que les desearé mucha suerte y que si se fracasa, duela poco